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jueves, 27 de noviembre de 2014
martes, 25 de noviembre de 2014
Antibiogramas
Por
Quistián García Hylary
El
primer objetivo del antibiograma es el de medir la sensibilidad de una cepa
bacteriana que se sospecha es la responsable de una infección a uno o varios
antibióticos. En efecto, la sensibilidad in vitro es uno de los requisitos
previos para la eficacia in vivo de un tratamiento antibiótico. El segundo
objetivo del antibiograma es el de seguir la evolución de las resistencias
bacterianas.
Se
debe realizar un antibiograma siempre que una toma bacteriológica de finalidad
diagnóstica haya permitido el aislamiento de una bacteria considerada
responsable de la infección.
La
determinación de la Concentración Inhibidora Mínima (CIM) es la base de la
medida de la sensibilidad de una bacteria a un determinado antibiótico. La CIM
se define como la menor concentración de una gama de diluciones de antibiótico
que provoca una inhibición de cualquier crecimiento bacteriano visible. Es el
valor fundamental de referencia que permite establecer una escala de actividad
del antibiótico frente a diferentes especies bacterianas.
Para un determinado antibiótico, una cepa bacteriana
es, según la NCCLS:
·
Sensible, si
existe una buena probabilidad de éxito terapéutico en el caso de un tratamiento
a la dosis habitual.
·
Resistente, si
la probabilidad de éxito terapéutico es nula o muy reducida. No es de esperar
ningún efecto terapéutico sea cual fuere el tipo de tratamiento.
·
Intermedia,
cuando el éxito terapéutico es imprevisible. Se puede conseguir efecto
terapéutico en ciertas condiciones
Ciertos mecanismos de resistencia se expresan
débilmente in vitro, cuando se inscriben en el DNA bacteriano. Su expresión en
el organismo, en donde las condiciones en cuanto a medios son diferentes,
expondría al riesgo de fracaso terapéutico. Para evitar esto, el antibiograma
debe ser interpretado de manera global a fin de descubrir, a través de la
comparación de las respuestas para cada antibiótico, un mecanismo de
resistencia incluso débilmente expresado. Así, gracias a la interpretación, una
cepa que aparece como falsamente sensible será categorizada como I o R.
RESISTENCIA BACTERIANA
Cada
antibiótico se caracteriza por un espectro natural de actividad antibacteriana.
Este espectro comprende las especies bacterianas que, en su estado natural,
sufren una inhibición de su crecimiento por concentraciones de su antibiótico
susceptibles de ser alcanzadas in vivo.
·
La resistencia
natural es un carácter constante de todas las cepas de una misma especie
bacteriana. El conocimiento de las resistencias naturales permite prever la
inactividad de la molécula frente a bacterias identificadas o sospechosas.
·
La resistencia
adquirida es una característica propia de ciertas cepas, dentro de una especie
bacteriana naturalmente sensible, cuyo patrimonio genético ha sido modificado
por mutación o adquisición de genes, son evolutivas, y su frecuencia depende a
menudo de la utilización de los antibióticos.
·
Una resistencia
cruzada es cuando se debe a un mismo mecanismo de resistencia. En general,
afecta a varios antibióticos dentro de una misma familia En ciertos casos,
puede afectar a antibióticos de familias diferentes.
·
Una resistencia
asociada es cuando afecta a varios antibióticos de familias diferentes. En
general, se debe a la. Asociación de varios mecanismos de resistencia.
Por Ramírez Hernández Jessica
Un antibiótico ha sido
definido como una sustancia química producida por un microorganismo capaz de
inhibir el desarrollo de otros microorganismos. Los antibióticos modificados
por manipulaciones químicas aún se consideran como tales. Un agente
antimicrobiano es activo contra los microorganismos y puede ser producido en
forma natural por microorganismos o sintéticamente en el laboratorio. El
término agente quimio terápico ha sido empleado para referirse a agentes
antimicrobianos sintéticos o no y también se refiere a agentes que actúan
contra células humanas como inmunomoduladores y drogas antitumorales. Los
términos agente antiviral y agente antimicótico son términos más específicos,
incluidos dentro de la categoría más general de agentes antimicrobianos.
En líneas generales y
en función sobre su forma de actuar sobre los microorganismos, hablamos de dos
grandes grupos de antibióticos
×
Antibióticos
primariamente bactericidas: Ejercen una acción letal e irreversible sobre
el microbio (Fosfomicina Vancomicina. B-Lactámicos Polimixina. Aminoglucósidos
Rifampicina. Ácido Nalidíxico Quinoleinas. Nitrofurantoinas).
×
Antibióticos
primariamente bacteriostáticos: Inhiben el crecimiento pero no matan al
microorganismo, permitiendo que las propias defensas del huésped pueden
eliminar a las bacterias (Tetraciclina Cloranfenicol. Sulfonamidas
Trimetroprim. Lincomicina Clindamicina. Macrólidos).
El antibiograma
¿Por qué realizar un
antibiograma?
El primer objetivo del
antibiograma es el de medir la sensibilidad de una cepa bacteriana que se
sospecha es la responsable de una infección a uno o varios antibióticos. En
efecto, la sensibilidad in vitro es uno de los requisitos previos para la
eficacia in vivo de un tratamiento antibiótico. El antibiograma sirve, en
primer lugar, para orientar las decisiones terapéuticas individuales.
El segundo objetivo del
antibiograma es el de seguir la evolución de las resistencias bacterianas.
Gracias a este seguimiento epidemiológico, a escala de un servicio, un centro
de atención médica, una región o un país, es como puede adaptarse la
antibioterapia empírica, revisarse regularmente los espectros clínicos de los
antibióticos y adoptarse ciertas decisiones sanitarias, como el establecimiento
de programas de prevención en los hospitales.
Hay pues un doble
interés: Terapéutico y epidemiológico.
¿Cuándo realizar un
antibiograma?
Siempre que una toma
bacteriológica de finalidad diagnostica haya permitido el aislamiento de una
bacteria considerada responsable de la infección.
Establecer esta
responsabilidad exige una colaboración entre el bacteriólogo y el clínico. En
efecto, en ciertas circunstancias, el microbiólogo no podrá determinar con
certeza que el aislamiento de una bacteria exige un antibiograma, sin los datos
clínicos que le aporta el médico. Por ejemplo, una bacteria no patógena puede
ser responsable de la infección de un enfermo inmunodeprimido o en un lugar
determinado del organismo. La presencia de signos clínicos puede ser también
determinante para la realización de un antibiograma (por ejemplo: la infección
urinaria con un número reducido de gérmenes).
Sensibilidad bacteriana
a los antibióticos
La determinación de la
Concentración Inhibidora Mínima (CIM) es la base de la medida de la
sensibilidad de una bacteria a un determinado antibiótico. La CIM se define
como la menor concentración de una gama de diluciones de antibiótico que
provoca una inhibición de cualquier crecimiento bacteriano visible. Es el valor
fundamental de referencia que permite establecer una escala de actividad del
antibiótico frente a diferentes especies bacterianas.
Hay diferentes técnicas
de laboratorio que permiten medir o calcular de rutina, y de manera
semicuantitativa, las CIM (métodos manuales y métodos automatizados o
semiautomatizados). Estos diferentes métodos de rutina permiten categorizar una
cierta cepa bacteriana en función de su sensibilidad frente al antibiótico
probado. Esta cepa se denomina Sensible (S), Intermedia (I) o Resistente (R) al
antibiótico.
Para un determinado
antibiótico, una cepa bacteriana es, según la NCCLS:
·
Sensible, si existe una buena
probabilidad de éxito terapéutico en el caso de un tratamiento a la dosis
habitual.
·
Resistente, si la probabilidad de éxito
terapéutico es nula o muy reducida. No es de esperar ningún efecto terapéutico
sea cual fuere el tipo de tratamiento.
·
Intermedia, cuando el éxito terapéutico
es imprevisible. Se puede conseguir efecto terapéutico en ciertas condiciones
(fuertes concentraciones locales o aumento de la posología).
Ciertas moléculas son
representativas de un grupo de antibióticos. Los resultados (S, I, R) obtenidos
con estas moléculas pueden ser ampliados a los antibióticos del grupo, que en
ese caso no es necesario ensayar (Ejemplo: Equivalencia entre la cefalotina que
se ensaya y las restantes cefalosporinas de 1ª generación que no es necesario
probar, ya que el resultado puede deducirse del obtenido en la cefalotina).
Este hecho permite
ensayar un número reducido de antibióticos, sin limitar por ello las
posibilidades terapéuticas.
Interpretación de un
Antibiograma
Ciertos mecanismos de
resistencia se expresan débilmente in vitro, cuando se inscriben en el DNA
bacteriano. Su expresión en el organismo, en donde las condiciones en cuanto a
medios son diferentes, expondría al riesgo de fracaso terapéutico. Para evitar
esto, el antibiograma debe ser interpretado de manera global a fin de
descubrir, a través de la comparación de las respuestas para cada antibiótico,
un mecanismo de resistencia incluso débilmente expresado. Así, gracias a la
interpretación, una cepa que aparece como falsamente sensible será categorizada
como I o R (Ejemplo: Una cepa de Klebsiella pneumoniae productora de BLSE puede
aparecer sensible in vitro a las cefalosporinas de 3" generación. El
resultado de Sensible debe ser corregido a Intermedio o Resistente, ya que la
utilización de estos antibióticos correría el riesgo de provocar un fracaso
terapéutico).
Resistencia
bacteriana
Cada antibiótico se
caracteriza por un espectro natural de actividad antibacteriana. Este espectro
comprende las especies bacterianas que, en su estado natural, sufren una
inhibición de su crecimiento por concentraciones de su antibiótico susceptibles
de ser alcanzadas in vivo. A estas especies bacterianas se les dice
naturalmente sensibles a dicho antibiótico. Las especies bacterianas que no se
encuentran incluidas dentro de dicho espectro se denominan naturalmente
resistentes.
El antibiótico no crea
resistencia, pero selecciona las bacterias resistentes eliminando las
sensibles. Es lo que se conoce con el nombre de presión de selección. El
aumento de la frecuencia de las cepas resistentes va unido casì siempre al uso
intensivo del antibiótico en cuestión.
·
La resistencia natural es un
carácter constante de todas las cepas de una misma especie bacteriana. El
conocimiento de las resistencias naturales permite prever la inactivìdad de la
molécula frente a bacterias identificadas (después del crecimiento) o
sospechosas (en caso de antiboterapia empírica). En ocasiones, constituye una
ayuda para la identificación, puesto que cìertas especies se caracterizan por
sus resistencias naturales. Ejemplos: Resistencia natural del Proteus mirabilis
a las tetraciclinas y a la colistina. Resistencia natural de la Klebsiella
pneumoniae a las penicilinas (ampicilina, amoxicilina).
·
La resistencia adquírida es
una característica propia de ciertas cepas, dentro de una especie bacteriana
naturalmente sensible, cuyo patrimonio genético ha sido modificado por mutación
o adquisición de genes. Contrariamente a las resistencias naturales, las
resistencias adquiridas son evolutivas, y su frecuencia depende a menudo de la
utilización de los antibióticos. En el caso de numerosas especies bacterianas,
y teniendo en cuenta la evolución de las resistencias adquiridas, el espectro
natural de actividad no es ya suficïente para guiar la elección de un
tratamiento antibiótico. En ese caso, se hace indispensable el antibiograma.
·
Una resistencia cruzada es
cuando se debe a un mismo mecanismo de resistencia. En general, afecta a varios
antibióticos dentro de una misma familia (Ejemplo: La resistencia a la
oxacilina en los estafilococos se cruza con todas los ß-lactámicos). En ciertos
casos, puede afectar a antibióticos de familias diferentes (Ejemplo: La
resistencia por impermeabilidad a las ciclinas se cruza con la resistencia al
coloranfenicol y al trimetoprima).
·
Una resistencia asociada es
cuando afecta a varios antibióticos de familias diferentes. En general, se debe
a la. Asociación de varios mecanismos de resistencia (Ejemplo: La resistencia
de los estafilococos a la oxacilina va frecuentemente asociada a las
quinolinas, aminoglicósidos, macrolidos y ciclinas).
Con el fin de tener en
cuenta la evolución de las resistencias adquiridas y, por consiguiente,
proporcionar a los médicos datos útiles cuando deben proceder a la elección
empírica de una antibioterapia, la noción de espectro clínico completa la de
espectro natural. Definido para cada antibiótico, este espectro clínico se
incluye en el Resumen de las Características del Producto (RCP). Este espectro
integra no solamente datos bacteriológicos (espectro natural, frecuencia de las
resistencias adquiridas), sino también datos farmacocinéticos y clínicos (las
especies descritas en el espectro son aquellas para las que se ha demostrado la
actividad clínica del producto). El espectro clínico se revisa regularmente
para tener en cuenta la evolución de las resistencias adquiridas.
Pruebas de sensibilidad
bacteriana in vitro
Método base de dilución
en caldo
En los métodos de dilución en caldo, base de casi
todos los métodos utilizados en la actualidad, se colocan concentraciones
decrecientes del agente antimicrobiano, generalmente diluciones 1:2, en tubos
con un caldo de cultivo que sostendrá el desarrollo del microorganismo. El
caldo más comúnmente usado para estas pruebas es el de Mueller-Hinton
suplementado con los cationes magnesio y calcio.
Los agentes
antimicrobianos se preparan en "soluciones madre" concentradas y
luego se diluyen en caldo hasta obtener las concentraciones apropiadas.
Método de difusión en
agar
Una vez demostradas las
grandes ventajas de las técnicas de dilución en caldo, el paso siguiente,
pensando sobre todo en poder realizar fácilmente pruebas de sensibilidad de un
microorganismo frente a múltiples antibióticos a la vez, consistió en buscar la
manera de aplicar la idea directamente a las placas de agar.
El microorganismo a
investigar se inocula en una o varias placas de agar y sobre su superficie se
disponen los discos correspondientes a varios antibióticos. Se incuban las
placas durante 16-24 horas a 35ºC y al cabo de este tiempo se estudia el
crecimiento en ellas. Se valora el diámetro de la zona de inhibición que se
forma alrededor de cada disco y se compara con las referencias oportunas
publicadas por el NCCLS. Con esta referencia podemos informar si el
microorganismo es Sensible, Intermedio o Resistente (S, I, R) a cada uno de los
antibióticos ensayados en las placas.
Método de E-test
Es uno de los métodos
más recientes que se han presentado en el mercado y resulta de una curiosa
combinación de características de los métodos anteriores. Se trata de una
técnica cuantitativa en placa que permite obtener una lectura directa de CMI en
µg/ml, ya que se emplean tiras plásticas impregnadas en concentraciones
crecientes de antibiótico indicadas en una escala graduada sobre la propia
tira.
Por Ramos Franco Michelle
El antibiograma es la
prueba microbiológica que realiza para determinar la susceptibilidad
(sensibilidad o resistencia) de una bacteria a un grupo de antibióticos
Las técnicas de
antibiogramas son utilizadas en el laboratorio de microbiología. Se considera
como antimicrobiana cualquier sustancia con capacidad de matar o al menos de
inhibir el crecimiento de los microorganismos y que sea susceptible de
utilización como tratamientos en los pacientes. Pueden ser naturales,
sintéticos o semisinteticos
El aislamiento de un
agente infeccioso a partir de un paciente no es con frecuencia suficiente para
es establecer la terapia adecuada
Muchas bacterias y
algunos hongos presentan resistencia a los agentes antimicrobianos y algunos
virus has desarrollado resistencia a los agentes antiviorales mas actuales.
Los patrones de
resistencia cambian en forma constante y no importa lo rápidamente que se
introduzcan los nuevos agentes terapéuticos por que los microbios parecen
siempre dispuestos a superarlos
Incluso entre los neumococos que por décadas han permanecido invariablemente susceptibles a nivele de penicilina menores de 0.040ml, han aparecidos cepas que desarrolla resistencia a esta droga
Incluso entre los neumococos que por décadas han permanecido invariablemente susceptibles a nivele de penicilina menores de 0.040ml, han aparecidos cepas que desarrolla resistencia a esta droga
Ya no se puede predecir
las susceptibilidad de las bacterias, hongos y virus a los agentes antimicrobianos,
con frecuencia es necesario estudiar las sensibilidad individual de cada
patógeno a estas drogas, pidiéndose elegir al agente apropiado (el más activo
contra el patógeno, el menos toxico para la hospedad, con las características
farmacológicas apropiadas y más económico) que proporciona mayores
posibilidades de una evaluación favorable
Por Rangel Osorio Hugo
El antibiograma es la
prueba microbiológica que se realiza para determinar la susceptibilidad
(sensibilidad o resistencia) de una bacteria a un grupo de antibióticos. Las
técnicas de antibiograma son las utilizadas en el laboratorio de microbiología
para estudiar la actividad de los antimicrobianos frente a los microorganismos
responsables de las infecciones.
La utilidad básica del antibiograma
es la instauración de un tratamiento antibiótico correcto al paciente. Es
necesario conocer si el microorganismo responsable de la infección posee
mecanismos que le confieran inmunidad frente a algún antibiótico para no
incluirlo como terapia.
Por Rascón Castrejón Lizeth
La prueba microbiológica antibiograma sirve, en primer lugar, para orientar las
decisiones terapéuticas individuales.
¿Por qué realizar un antibiograma?
El primer objetivo del antibiograma es el de medir la
sensibilidad de una cepa bacteriana que se sospecha es la responsable de una
infección a uno o varios antibióticos. En efecto, la sensibilidad in vitro es
uno de los requisitos previos para la eficacia in vivo de un tratamiento
antibiótico. El segundo
objetivo del antibiograma es el de seguir la evolución de las resistencias
bacterianas. Gracias a este seguimiento epidemiológico, a escala de un
servicio, un centro de atención médica, una región o un país, es como puede
adaptarse la antibioterapia empírica, revisarse regularmente los espectros
clínicos de los antibióticos y adoptarse ciertas decisiones sanitarias, como el
establecimiento de programas de prevención en los hospitales.
Hay pues un doble interés: Terapéutico y epidemiológico.
¿Cuándo realizar
un antibiograma?
Siempre que una toma bacteriológica de finalidad
diagnóstica haya permitido el aislamiento de una bacteria considerada
responsable de la infección.
Establecer esta responsabilidad exige una colaboración
entre el bacteriólogo y el clínico. En efecto, en ciertas circunstancias, el
microbiólogo no podrá determinar con certeza que el aislamiento de una bacteria
exige un antibiograma, sin los datos clínicos que le aporta el médico.
Sensibilidad bacteriana a los antibióticos
La determinación de la Concentración Inhibidora Mínima
(CIM) es la base de la medida de la sensibilidad de una bacteria a un
determinado antibiótico. La CIM se define como la menor concentración de una
gama de diluciones de antibiótico que provoca una inhibición de cualquier
crecimiento bacteriano visible. Es el valor fundamental de referencia que
permite establecer una escala de actividad del antibiótico frente a diferentes
especies bacterianas.
Hay diferentes técnicas de laboratorio que permiten medir o
calcular de rutina, y de manera semicuantitativa, las CIM (métodos manuales y
métodos automatizados o semiautomatizados). Estos diferentes métodos de rutina
permiten categorizar una cierta cepa bacteriana en función de su sensibilidad
frente al antibiótico probado. Esta cepa se denomina Sensible (S), Intermedia
(I) o Resistente (R) al antibiótìco.
Para un determinado antibiótico, una cepa bacteriana es,
según la NCCLS:
Sensible, si existe una buena
probabilidad de éxito terapéutico en el caso de un tratamiento a la dosìs
habitual.
Resistente, si la
probabilidad de éxito terapéutico es nula o muy reducida. No es de esperar
ningún efecto terapéutico sea cual fuere el tipo de tratamiento.
Intermedia, cuando el
éxito terapéutico es imprevisible. Se puede conseguir efecto terapéutico en
ciertas condiciones (fuertes concentraciones locales o aumento de la
posología).
Ciertas moléculas son representativas de un grupo de
antibióticos. Los resultados (S, I, R) obtenidos con estas moléculas pueden ser
ampliados a los antibióticos del grupo, que en ese caso no es necesario
ensayar. Este hecho permite ensayar un número reducido de antibióticos, sin
limitar por ello las posibilidades terapéuticas.
Interpretación de un Antibiograma
Ciertos mecanismos de resistencia se expresan débilmente in
vitro, cuando se inscriben en el DNA bacteriano. Su expresión en el organìsmo,
en donde las condicìones en cuanto a medios son diferentes, expondría al riesgo
de fracaso terapéutico. Para evitar esto, el antibiograma debe ser interpretado
de manera global a fin de descubrir, a través de la comparación de las
respuestas para cada antibiótico, un mecanismo de resistencia incluso
débilmente expresado. Así, gracias a la interpretación, una cepa que aparece como
falsamente sensible será categorizada como I o R . El resultado de Sensible
debe ser corregido a Intermedio o Resistente, ya que la utilización de estos
antibióticos correría el riesgo de provocar un fracaso terapéutico).
Por Reyes Marcial Diego
El antibiograma es la
técnica que actualmente se utiliza para la determinación de la sensibilidad a
los antimicrobianos frente a un microorganismo en cuestión. El principio consta
que la cantidad de antimicrobiano en un disco de papel aplicado sobre la
superficie del agar en el cual se ha cultivado un microorganismo, que con ello
se formara así por difusión, un gradiente de concentración del antimicrobiano y
la sensibilidad del microorganismo estará indicada por el tamaño del halo de
inhibición.
El diámetro obtenido
dependerá no solo de la sensibilidad del microorganismo y la carga del disco,
si no también del espesor de la capa de agar, su pH y su composición, así como
otros factores.
Métodos:
A-Por difusión:
Método, disco placa (Kirby-Bauer)
Método, Épsilon test.
B-Por dilución:
Método, dilución en agar.
Método, dilución en caldo.
Ver más en el tema:
Halos de Inhibición, en este mismo blog.
Por Rios Palacios Selene
El estudio de la
sensibilidad a antimicrobianos de las diferentes bacterias aisladas en muestras
biológicas tiene 2 objetivos fundamentales: guiar al clínico en la elección del
mejor tratamiento individual, y monitorizar la evolución de la resistencia
bacteriana con objeto de revisar el espectro del antimicrobiano y poder
actualizar los tratamientos empíricos. Este estudio se realiza mediante el
antibiograma, que mide la sensibilidad de una bacteria frente a diferentes
antimicrobianos in vitro y a partir de estos resultados predice la eficacia in
vivo.
Con un antibiograma se
pueden obtener resultados cualitativos que indican si la bacteria es sensible o
resistente a un antibiótico, o cuantitativos que determinan la concentración
mínima (CMI) de antimicrobiano que inhibe el crecimiento bacteriano (en µg/ ml
o en mg/l). Se determinan y establecen puntos de corte basados en propiedades
microbiológicas, farmacocinéticas y de eficacia clínica, para definir la
sensibilidad (éxito terapéutico) o resistencia de las diferentes especies
bacterianas a cada antimicrobiano.
Se desarrollan aspectos
relacionados con las técnicas microbiológicas del antibiograma, y se describen
algunos ejemplos de fenotipos de resistencia característicos de algunas
especies. En un próximo capítulo se profundizará más acerca de los fenotipos de
resistencia, básicos para entender la lectura interpretada del antibiograma.
Técnicas
de estudio de sensibilidad a los antimicrobianos
Los métodos fenotípicos (antibiograma)
son los más utilizados. Consisten en enfrentar un inóculo bacteriano
estandarizado a una única o a diferentes concentraciones de antibiótico. La
interpretación de los resultados obtenidos permite clasificar a los
microorganismos en categorías clínicas: sensibles, intermedios o resistentes.
Hay que tener en cuenta que no siempre un valor de CMI más bajo indica mayor
actividad de este antimicrobiano, ya que las CMI que definen la sensibilidad o
resistencia son diferentes para cada especie bacteriana y cada antimicrobiano.
Si un microorganismo es sensible indica que con las dosis habituales se espera
una evolución favorable de la infección, siempre que se alcancen valores
adecuados en el lugar de la infección, lo que en ocasiones no es posible (p.
ej., en el sistema nervioso central). Por el contrario, si el microorganismo es
intermedio o resistente, es probable que la evolución sea desfavorable. La
interpretación de la sensibilidad predice mejor el fracaso (cuando es
resistente) que el éxito de un tratamiento.
Las técnicas de difusión emplean
discos de papel impregnados con una solución estandarizada de antibiótico que
se disponen sobre la superficie de un medio sólido previamente inoculado en su
superficie con una suspensión bacteriana. Tras un período de incubación de 18
h, el diámetro del halo formado está en relación con el grado de sensibilidad
del microorganismo. La carga del disco está ajustada para que los halos de
inhibición permitan diferenciar los microorganismos sensibles de los
resistentes y pueda establecerse una correlación con los valores de CMI: halos
pequeños se relacionan con valores altos de CMI (resistentes) y halos grandes
con CMI bajas.Otra técnica de difusión es el E-test, que además permite la
determinación directa del valor de la CMI. Utiliza tiras de plástico
impregnadas con un antibiótico en concentraciones decrecientes. Al contacto de
la tira con el agar, el antibiótico difunde e impide el crecimiento del
microorganismo. Después de la incubación se observa una zona de inhibición en
forma de elipse: el valor de la CMI es el punto de intersección de la elipse
con la tira y está indicado en la escala impresa sobre la superficie de la
tira.
Plantas Medicinales II
Por Rangel Osorio Hugo
Una planta medicinal es
un recurso, cuya parte o extractos se emplean como droga medicinal en el
tratamiento de alguna afección. La parte de la planta empleada medicinalmente
se conoce con el nombre de droga vegetal, y puede suministrarse bajo diferentes
formas galénicas: cápsulas, comprimidos, crema, decocción, elixir, infusión,
jarabe, tintura, ungüento, etc
Acanto – Acanthus
mollis: Contiene taninos y mucílago a los que debe sus propiedades
cicatrizantes, aperitivas y emolientes. Se usa para tratar anginas y diarreas
leves. Externamente se usa para picaduras de araña, quemaduras y contusiones.
Achiote – Bixa
orellana: Sus propiedades medicinales no se han estudiado pero es un buen
colorante para los arroces y otras comidas ya que es un colorante inofensivo.
Aguacate – Persea
americana: La semilla y la cáscara del fruto contienen bactericidas por lo que
se usa para infecciones del sistema digestivo y de la piel. No hay prueba
científica de que combata la lombriz intestinal.
Ajo – Allium sativum:
Una planta que se ha usado por siglos. Puede ser útil para bajar el colesterol,
reducir la hipertensión y también puede ser un expectorante eficaz. Usos y
propiedades del ajo
Alamo temblón – Populus tremuloides: Se ha
encontrado en el álamo temblón, también conocido como alamillo o álamo blanco,
compuestos parecidos a los de la aspirina. Se usa para bajar la fiebre, aliviar
dolores leves y reducir la inflamación.
Albahaca – Ocimum
basilicum: En la odontología puede ser útil como anestésico local. Otros usos
son para combatir las náuseas, gases intestinales y la disentería. También es
muy buena para hacer infusiones para promover la salud del cabello.
Alfalfa – Medicago
sativa: Es un buen alimento ya que es rica en nutrientes. Algunos dicen que
puede curar el cáncer pero no se ha comprobado. También se usa en infusión para
quitar el mal aliento.
Amapola de California –
Eschsholzia californica: Para aliviar dolores de cabeza y de muelas. También es
un somnífero eficaz que no tiene efectos secundarios como el opio.
Anís – Pimpinella ansium: En grandes dosis es
tóxica. En dosis medicinales es eficaz para aliviar cólicos producidos por
gases intestinales. Hipócrates, el padre de la medicinal natural, la
recomendaba para eliminar mucosidades del sistema respiratorio.
Berro – Nasturtium
officinale: El berro tiene muchos nutrientes por lo que resulta un buen
alimento. Se recomienda para combatir el nerviosismo y el reumatismo. Estudios
recientes encontraron que los berros podrían reducir el riesgo de cáncer de
mama.
Calabaza – Cucurbita
pepo: Las semillas se han usado para combatir parásitos intestinales. Se ha
comprobado que éstas contienen sustancias que destruyen al gusano sin afectar
la mucosa del intestino.
Cardo santo – Cnicus
benedictus: La herbolaria le atribuye propiedades anticonceptivas y
anticancerígenas. Se recomienda para dolencias del hígado y el corazón y para
combatir infecciones.
Por Rascón Castrejón Lizeth
Las plantas medicinales se han usado desde la más remota antigüedad como
tratamiento para sanar y tratar las enfermedades que a lo largo de la historia
el hombre a combatido, para que su salud no fuera mermada. En la actualidad,
sus principios activos son los protagonistas de la mayoría de los medicamentos
de las industrias farmacéuticas y de los más modernos estudios contra el cáncer
como es el caso de la cúrcuma.
Hierba buena
Tiene propiedades antiespasmódicas, antiséptico, analgésico, antiinflamatorio, calmante es carminativo, diaforética, digestiva, diurética, emenagoga,espasmolítica, estimulante, estomáquica, expectorante, febrífuga,hipotensora, sudorífica y vermífuga.
La forma más común de usar la hierbabuena es haciendo infusión con sus
hojas. De esta forma se ayuda a tratar los problemas de indigestión, gases intestinales y las inflamaciones
del hígado, actúa sobre la vesícula
biliar ya que activa
la producción de la bilis, además alivia los mareos y dolores.
Contiene mentol como principal componente
activo, pudiendo actuar
directamente sobre los nervios que transmiten la sensación dolorosa,
amortiguando así tal sensación. También contiene mentona, felandreno y limoneno.
Contiene camazuleno, flavonoides y lactonas e importante concentración del aminoácido triptófano, de muy ligeros efectos sedantes
Padecimientos renales (calor, inflamación, piedras en la vejiga, orina
retenida, riñón tapado, mal de orín), baja la presión arterial, control de
la diabetes, padecimientos digestivos (dolor de
estómago, estreñimiento, vómito), baja el colesterol
La infusión o maceración de semillas se usa para tratar afecciones
gastrointestinales, colitis, disentería, estreñimiento, gastritis, inflamación,
hemorroides, úlcera, cistitis, gonorrea, inflamación e infección urinaria,
nefritis
Dolor de oído, reumatismo, tos, insomnio, lombrices, manchas, mala
digestión, tuberculosis, resfriados, bronquitis, asma, estreñimiento,
enfermedades del hígado y riñones, difteria, expectorante, gota, reumatismo,
diabetes, diurético, antiespasmódico, antibiótico, afecciones cardiovasculares,
colesterol, repelente.
Debilidad, colesterol, piel, laxante, dietas, lactancia.
Digestión, labios, nervios, convalecencia, debilidad, fatiga, labios
secos.
Dolor de cabeza, respiración, estimulante, digestión, asma, asma
nerviosa, diabetes, jaqueca, tos ferina, resfriados, abscesos, tumores, gota,
memoria, depresión, fatiga, obesidad.
Dispepsias, disentería, debilidades intestinales, diarrea, calmante y
relajante, regulador menstrual, infecciones, resfriados, antioxidante,
diabetes, halitosis, dolor de dientes, afrodisíaco.
Tos, tumores, abscesos, embriaguez, ictericia, riñones, disentería.
Impotencia, debilidad sexual, enfermedades en los pulmones, lumbago,
angina de pecho, gota.
Debilidad, afecciones bronquiales, bronquitis, asma, nerviosismo,
riñones, reumatismo, tuberculosis, cólicos nefríticos, diabetes, hidropesía,
vejiga, obesidad, inflamaciones de las articulaciones, impotencia, estreñimiento,
tos, insomnio, calambres, desmayos, hidropesía, gripe, forúnculos y abscesos,
hemorragias nasales, asma, lombrices, cabello, alopecia, infecciones,
diurético, dolor de dientes, dolor de cabeza, dolor de oído, rinitis,
resfriados crónicos, hígado, piel.
Estreñimiento, laxante, hipertensión, úlceras, menopausia, digestión,
piel, manchas, labios, boca, circulación.
Gripas, resfriados, bronquitis, asma, anginas de pecho, afecciones de la
garganta, tos, pulmonía, reumatismo.
Cálculos biliares, enfermedades del hígado, laxante, fiebre, piel,
cicatrices, heridas, úlceras externas, labios partidos, pezones agrietados,
estreñimiento, cicatrizante.
Por
Reyes Marcial Diego
Una
planta medicinal es un recurso, que se emplean como droga medicinal en el
tratamiento de alguna afección. La parte de la planta empleada medicinalmente
se conoce con el nombre de droga vegetal, y puede suministrarse bajo diferentes
formas galénicas: cápsulas, comprimidos, crema, decocción, elixir, infusión,
jarabe, tintura, ungüento, etc.
Elementos medicinales
En
el metabolismo normal de todos los seres vivos, el organismo produce algunas
sustancias a partir de los nutrientes obtenidos del medio. Entre los compuestos
de la primera clase se cuentan los glúcidos y lípidos, aprovechados en la
alimentación; los compuestos de uso terapéutico, por el contrario, corresponden
normalmente a los metabolitos secundarios, y se obtienen sólo de organismos
específicos.
Empleo
Una
forma frecuente de empleo es la infusión, en que el principio activo se
disuelve en agua mediante una cocción más o menos larga. Como la preparación de
un café. Otras plantas se preparan en tinturas, se comen, se inhala el humo de
su combustión, o se aplican tópicamente como emplastos o cataplasmas.
Por
Ríos Palacios Selene
A continuación se
describen las plantas más comunes:
Limón:
Citrus aurantiifolia. Swingle (Rutaceae), contiene una furocumarina llamada
isopimpinelina, la cual tiene un efecto fotodinámico, que sólo se activa en
presencia de la luz solar; por eso cuando manipulamos alguna bebida o comida
que tenga limón o rodajas de limón y nos exponemos al sol, se nos mancha la
piel. A este tipo de mancha no se le debe aplicar ninguna crema, o ningún
tratamiento, sólo hay que cuidar de no exponerse al sol, porque se activa u
oscurece la mancha; generalmente suele desaparecer completamente a los tres
meses.
Piñón:
Jatropa curcas L (Euphorbiáceas), planta muy utilizada por la cultura popular,
se le confieren propiedades mágicas. Su látex blanquecino contiene una
toxoalbúmina llamada curcina, de sabor agradable; la semilla contiene la mayor
cantidad de toxoalbúmina. Cuando los niños ingieren estas semillas presentan
las siguientes manifestaciones clínicas: vómito y diarrea que se acompañan de
dolores abdominales, luego hipotensión arterial, sensación de malestar,
debilidad y trastornos respiratorios. En casos graves el paciente puede llegar
al colapso, coma y muerte. El tratamiento que se debe seguir en este caso es
realizar el lavado gástrico, administrar pequeñas cantidades de vino mezclado
con partes iguales de agua para precipitar la toxoalbúmina, fluidoterapia,
permitir que el paciente vomite, ya que muchas veces la acción emetizante del
piñón favorece la eliminación del tóxico. Igualmente no tratar la diarrea,
administrar antiespasmódicos y cuidados generales. Si el paciente ha sido
tratado adecuadamente, su recuperación debe ocurrir dentro de las primeras
veinticuatro horas.
Jabillo:
Hura crepitans (Euphorbiáceas), planta que se encuentra ampliamente difundida
en todo el país; su principio activo se encuentra distribuido en toda la
planta: semilla, flor y látex, y está representado por dos toxoalbúminas:
hurina y crepitina. El látex de esta planta causa inflamaciones de
consideración cuando se pone en contacto con la piel y con los ojos. Las
semillas de este árbol al ser ingeridas ocasionan fuertes dolores estomacales
acompañados de vómito, diarrea, debilidad, disminución de la frecuencia
respiratoria, hiporreflexia y convulsiones. De acuerdo con la intensidad del
cuadro clínico puede ocurrir la muerte, pero si se atiende a la brevedad
posible, el pronóstico es favorable.
Caña
Muda: Difenbachia amoena (Araceae), los principios
activos se encuentran en toda la planta, especialmente en las hojas; la savia
es ligeramente lechosa e irrita la piel. El mayor porcentaje del principio
activo está representado por el oxalato de calcio, el cual es sumamente
irritante e hipersensibilizante, y por proceso de biotransformación se
convierte en ácido oxálico el cual se presenta en forma de agujas cristalizadas
y se acumulan a través de los canalículos renales produciendo una obstrucción
mecánica.
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